sábado, 26 de mayo de 2018

Observación: La hora en el cielo.


Vamos a aprender a leer la hora en el cielo como se hacía en la antigüedad; como hacían antaño losreloj pastores y otras gentes. Un saber antiguo que se ha perdido con el tiempo.
No descubrimos nada nuevo si afirmamos que la Tierra da una vuelta cada 24 horas; y que el movimiento aparente del Sol y la Luna se debe a la rotación de la Tierra; y que lo mismo ocurre con las estrellas.
La mayoría de las estrellas, salen a una hora determinada, recorren un arco en el cielo y se ponen unas horas después. Cada estrella recorre su arco a una hora distinta dependiendo de la época del año.
Pero hay algunas estrellas, las que se encuentran relativamente cerca del polo Norte celeste[1], que no se ponen nunca; sino que dan una vuelta completa alrededor de la estrella Polar cada 24 horas. Son las estrellas llamadas circumpolares; y varían según la latitud; pero las Osas, son circumpolares en casi todo el hemisferio Norte.
Así que serán las Osas las que nos sirvan de manecillas para nuestro reloj.
Ya sabemos encontrar la Osa Mayor. Y guiándonos por las guardianas, sabemos encontrar la estrella Polar.
No vamos a entrar aquí en la justificación matemática del sistema, simplemente nos limitaremos a explicar el método.
Tomando la estrella Polar como centro, vamos a imaginar un reloj en el cielo. Un reloj muy particular, ya que en lugar de 12 horas tendrá 24 y en lugar de girar en sentido de las agujas del reloj girará en sentido contrario. De modo que, situándonos frente a la Polar, las 0 (o las 24) quedarán arriba, las 6 a nuestra izquierda, Las 12 justo debajo, y las 18 a nuestra derecha.
Se puede usar como aguja horaria cualquier estrella circumpolar, pero yo suelo usar por comodidad la línea que une Dubhe y Merak o bien Kochab en la Osa Menor (para aprender a localizar estas estrellas visita la entrada sobre las Osas aquí.)
“Leemos” la hora de nuestro reloj imaginario (atención, porque de la precisión con que hagamos esta lectura dependerá la exactitud que obtengamos) hace falta un poco de práctica pero con unos cuantos ensayos se llega a estimar la hora con bastante exactitud sin problemas
Tenemos que memorizar el número 29 en el caso de que utilicemos Dubhe y Merak como “aguja” o 33 en el caso de que usemos a Kochab.
clip_image002A este número le sumaremos la hora que habíamos estimado en el cielo, y al resultado le restamos el número de quincena del año en el que estamos (por ejemplo, el 20 de marzo corresponde a la sexta quincena; el 10 de agosto a la decimoquinta)
Finalmente, al total obtenido le restamos 24 si es mayor que dicho número; y el número que tenemos es la hora solar local. Tendremos que añadir una hora en invierno y dos en verano.
Si la última quincena la dividimos en dos semanas, pode2mos obtener una precisión de media hora.
En el caso de la imagen, Hemos elegido como estrellas para señalar la hora Dubhe y Merak, por lo que el número de base es el 29. La fecha es el 20 de abril, por lo que el número de quincena es el 8; por último, el reloj marca entre las 24 (las 00) Así que:
0+29-8= 21; como estamos en horario de verano, le sumaríamos dos horas y serían las 23 p.m. hora oficial.
Un segundo ejemplo:clip_image004
En este caso, usamos como aguja la estrella Kochab, por lo que el número es 33. La fecha es la misma, por lo que la quincena sigue siendo 8; y esta vez la hora estimada son las 3.
Así que: 3+33-8=28
Como pasa de, 24, le restamos 24 y queda 4.
Por lo que la hora oficial serían las 0 +2 hora de horario de verano, las 6 a.m. estaría a punto de amanecer.
Recordad que la fórmula general para este método es:
33 (o 29) + hora leída – quincena.
Lo más difícil es estimar la hora correctamente, pero con un poco de práctica se le coge el tranquillo.


[1] Hablamos naturalmente del hemisferio Norte. En el hemisferio sur son otras las circumpolares.




















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John Dobson.